¿Qué haces en estos momentos?
Soy educadora en nivel preescolar, primario y secundario.
Describe tu rol como cooperante, y la organización con que trabajaste.
Fui parte de un equipo que estaba creando y produciendo una telenovela feminista para la región centroamericana. Abordamos una serie de temas tabú, tales como la explotación sexual de adolescentes, la diversidad sexual e identidad de género, el control y manejo de los recursos económicos en las parejas entre otros.
Mi papel era investigar sobre los distintos temas y hablar con organizaciones aliadas que los trabajan para desarrollar historias y personajes atractivos con un equipo de guionistas.
Puntos de Encuentro es una organización nicaragüense feminista, que trabaja para que las mujeres jóvenes y adultas ejerzan sus derechos y autonomía en la vida cotidiana. Utilizan medios de comunicación articulados con procesos de capacitación y alianzas para promover y defender la equidad de género y generacional.
¿Qué te animó/inspiró a postular a una vacante de cooperante con Progressio?
Conocí la primera telenovela de Puntos de Encuentro, Sexto Sentido, y quedé fascinada no solo con la estrategia de usar la cultura popular como medio para cuestionar normas y practicas machistas y promover la equidad de género, sino también la excelente recepción que tuvo entre los y las jóvenes de la región.
¿Qué te impactó mas sobre el modelo de cooperante de Progressio?
Me parece excelente que la persona cooperante se integre a una organización local, ya que ellas con frecuencia entienden mejor las problemáticas en el contexto del país donde la persona cooperante esta desarrollando su trabajo. Aunque es valioso tener perspectivas más amplias o de otros contextos, es vital anclarlas con conocimiento local.
¿Qué disfrutaste/te gustó más de tu experiencia como cooperante?
Me encantó el trabajo de crear mundos ficticios con sus personajes que al mismo tiempo reflejaban historias de vida reales.
¿Cuáles fueron algunos de tus grandes éxitos mientras trabajaste como cooperante?
Trabajé intensamente con un equipo en el desarrollo de una historia sobre la explotación sexual comercial de adolescentes para la serie. Hablé con mujeres jóvenes sometidas a esa situación, exploré ciudades donde esas dinámicas son visibles, intercambié con expertos en el tema y leí mucho. Terminé muy satisfecha con el resultado ya que contenía los dos ingredientes claves que nos propusimos: una historia con mucha tensión y drama, así como un reflejo fiel de la realidad.
¿Cuáles fueron algunas de los principales desafíos y lecciones aprendidas?
Crear una serie de TV es muy costoso y en muchos casos, como el de nuestra serie, el financiamiento puede resultar más complicado y prolongado de lo que uno se imagina. Por otro lado, la falta de infraestructura y conocimiento para crear series de TV de calidad en Nicaragua implicó muchos procesos de ensayo y error. Estos dos desafíos dificultaron el avance previsto del proyecto.
¿Esta experiencia te cambio como persona de alguna manera? En caso afirmativo, ¿de qué manera(s)?
Regresé de Nicaragua como una feminista más comprometida y con más claridad sobre la importancia de la solidaridad y nuestra responsabilidad con el bienestar de personas en todos los rincones del mundo.
¿De que manera crees que esta experiencia te ayudó o ayudará en lo que quieres hacer ahora o en el futuro?
A través de mi trabajo descubrí el poder de la TV para romper silencios y cuestionar normas. Esto me fascina y me esta motivando a continuar explorando el uso de medios para promover cambios sociales progresistas.
¿Qué consejo darías a alguien que esté pensado ser cooperante?
Si quieres desafiarte en todos los sentidos y también aprender y entender mejor los límites y posibilidades de la cooperación internacional en el terreno, esta es una excelente oportunidad.